Uno de los aspectos importantes en la satisfacción de un huésped de hotel es el descanso. El cuerpo necesita reponer energías y, a veces, fuera de casa, se vuelve una cuestión bastante complicada: se extraña el colchón, es complicado regular la temperatura, aparecen ruidos molestos…

Así, uno de los grandes retos del interiorismo y equipamiento contract es hacer que el huésped se sienta como en casa. Y, en este sentido, el descanso es fundamental.

Algunos de los elementos que intervienen en la calidad del sueño y con los cuales podemos trabajar desde el contract son básicamente estos cuatro: los sistemas de descanso (colchones, almohadas…), la acústica (aislamiento de los ruidos exteriores), la temperatura y la iluminación.

Puesto que la acústica fue el tema de la última sesión WEcontract y los sistemas de descanso se tratarán en la próxima del 7 de julio, vamos a otorgarle aquí protagonismo a la iluminación (en otra entrada trataremos el tema de la temperatura).

En este caso, es muy importante el aislamiento lumínico, es decir, mantener la habitación en completa oscuridad ya que esta induce la liberación de melatonina, hormona que favorece el sueño. Por tanto, el elemento que utilicemos como barrera de entrada en las ventanas debe garantizar que, de una forma sencilla, se alcance la oscuridad total. Tanto cortinas como persianas pueden desempeñar esta función perfectamente siempre que se hayan diseñado correctamente y se mantengan en buen estado. Una cortina lo suficientemente grande y lo bastante arrimada a la entrada de luz puede desempeñar mejor función que una persiana que no cierra completamente pero, dependiendo de la arquitectura del dormitorio, la estética general y la disposición de los elementos circundantes, será mejor una opción u otra.

Lo más recomendable, como en otros casos, es pensar en el proyecto de forma global, decidir qué es lo que más se adapta y, por supuesto, ponerse en situación (¿qué uso va a tener?, ¿por dónde entra el sol?, ¿dónde hay que colocar los elementos de regulación?...).

En definitiva, diseñar el proyecto como si realmente fuéramos a ser usuarios reales del establecimiento y no simplemente como interioristas.