En tres palabras: con sentido común. Las zonas exteriores de los establecimientos hoteleros suelen recibir menos atención que las interiores. Sobre todo se consideran aspectos estéticos y, quizás, de resistencia y durabilidad, pero poco más.

No obstante, sería interesante tener en cuenta estos puntos:

  • Las zonas exteriores forman parte de un proyecto contract global y, por tanto, ha de ser coherente con el mismo, tanto en estética como en calidad.
  • Estas zonas constituyen una parte importante del tiempo de ocio de los usuarios, por lo que es aconsejable hacerlas estéticas (para que sea agradable estar en ellas), funcionales (para que sea cómodo) y fotogénicas (para facilitar esta nueva necesidad del huésped que supone fotografiarse en el hotel y compartir sus fotos).
  • Hay que acordarse de la seguridad; no queremos que cualquier aspecto de la construcción o del equipamiento propicie accidentes indeseados.
  • Lo ideal es trazar una trayectoria para el tráfico de gente, un camino lógico por el que se tienda a ir inconscientemente y que evite choques y aglomeraciones.
  • Las zonas exteriores, aparte de equiparse, también se decoran. Los textiles, los objetos decorativos y otros complementos, a veces olvidados en esta zona, pueden marcar la diferencia.

En realidad, es todo bastante lógico: suelos antideslizantes y sin obstáculos escondidos, mobiliario de calidad, decoración agradable, fluir fácilmente por el espacio, equipamiento práctico y rincones “secretos” y agradables, serían los requerimientos básicos de cualquiera que se ponga en la piel del usuario.

Por otro lado, está el punto de vista del hotelero: materiales de calidad que garanticen una mayor durabilidad, facilidad de limpieza y orden, economía de la inversión y coherencia con la marca.

Y, por fin, un último aspecto que ya hemos comentado: las zonas exteriores no son algo ajeno al propio establecimiento. Aunque tengan identidad propia, deben ir acordes a la personalidad del propio hotel y, por tanto, de su interiorismo. Queremos que todo sea un continuo y coherente, un lugar donde fluir…