Esmaltes brillantes y mates envuelven la sofisticada irregularidad de superficies cerámicas, que mirar y tocar, caracterizadas por un único formato versátil —el de 7,5 x 20 cm— que brinda una estética de aspecto desgastado.
Una mezcla de técnica y especialización se alía con una producción altamente sofisticada de artículos de formato pequeño que reinterpreta las antiguas manufacturas de la tradición cerámica. El arte del saber hacer artesanal se pone de moda y le rinde homenaje a la excelencia de un material tecnológico de elevadas prestaciones, entre azulejos de colores, superficies estructuradas y acabados “raw” tanto brillantes como opacos.
En los laboratorios de Ragno se ha optado por privilegiar un determinado tipo de ladrillos, obtenidos mediante trefilado para remarcar el origen natural de una colección de gres porcelánico en la que cada pieza se caracteriza por presentar leves imperfecciones y bordes deliberadamente irregulares. La consecuencia de ello es una colección elegante y versátil, capaz de ofrecer máxima libertad expresiva gracias a juegos de contrastes y a armonías tono sobre tono.
El nuevo revestimiento Glacé de Ragno Ceramiche se propone en el formato de ladrillo de 7,5 x 20 cm, articulado en seis fondos de colores naturales y con las respectivas estructuras tridimensionales. En los bordes y en pequeñísimas zonas de la superficie, Glacé presenta un color en tonos arcilla que simula la falta de esmalte, característica típica de los productos hechos a mano.
Glacé se inspira precisamente en las técnicas artesanales, que al arrastrar la pasta durante la elaboración, dejan sobre las superficies pequeños cortes provocados por las impurezas, a continuación cubiertos por el esmalte. De este modo nace un producto cerámico cambiante y brillante que invita al tacto y refleja una historia llena de experiencia y manualidad.
Además, se han introducido unos ligeros toques en los bordes, solo en la parte superior, para romper la rigidez de una silueta perfectamente rectangular.
A las prestaciones técnicas del gres se une un impacto estético fuerte y contemporáneo, con una componente decorativa tridimensional que confiere profundidad y riqueza cromática a los ambientes. La estructura tridimensional Rayé —a rayas— presenta un acanalado de anchura y profundidad variables con el que se consigue un efecto de “código de barras” en el que se alternan esmaltes brillantes y mates.
El encanto de la forma de ladrillo, además, remite a un estilo urbano, algo vintage, reminiscencia de los típicos azulejos utilizados en las fachadas exteriores de los edificios de los años setenta. Una sugestión proyectiva que multiplica las posibilidades de aplicación de un producto cambiante que brinda sensaciones visuales distintas según los reflejos de la luz durante el día.
Colocado tanto en vertical como en horizontal, el formato pequeño Glacé resulta apto para revestir paredes enteras, elementos de la decoración y volúmenes arquitectónicos, así como para recrear boiseries y motivos decorativos, alternando fondos lisos y estructuras en relieve o, simplemente, jugando con la paleta de colores en una mezcla de tonos y matices coordinados.
Para terminar, la colección Glacé constituye un precioso acento en combinación con otras colecciones de Ragno de imitación de la madera —Inedito—, la piedra —Richmond— y el cemento —Clayton— para crear composiciones de sabor sofisticado y contemporáneo tanto en espacios residenciales como comerciales, incluso conjuntamente con motivos florales, jungle o geométricos, verdaderamente actuales.